Beatriz Moreira en su juventud quiso ser azafata, pero descubrir la docencia fue algo que marcó su vida. Con 33 años de profesión, su corazón le ha llevado a trabajar con los niños más vulnerables. A algunos visitó durante la pandemia, en sus casas; a otros, en cambio les ayudaba via telefónica, antes de que la tecnología los pusiera frente a frente.