Para Pilar, ser docente siempre fue su sueño. Desde pequeña jugaba a la maestra y por ello eligió esta profesión como su objetivo de vida. Su trabajo lo hace con mucha dedicación, porque considera que los estudiantes deben recibir lo que ella proyecta: mucho amor.
Con el paso de las semanas, ha sentido que la presencialidad ha cambiado la actitud y la forma de compartir los aprendizajes con sus estudiantes. Se considera afortunada de poder hacer lo que ama y de poder brindar sus conocimientos en beneficio de las futuras generaciones.