En la ciudad de Otavalo vive Richar Quilumba, su esposa y sus cuatro hijos, a los cuales impulsa para que sigan estudiando, para que tengan un futuro con mayores oportunidades de sobresalir.
Para Richard, quien trabaja en la confección de ropa en casa, la educación presencial ha ayudado a sus pequeños con mejores conocimientos, y aunque ahora dice que deben aprender su idioma ancestral, espera que el kichwa no se pierda y les enseña a seguir aprendiendo este idioma.